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Discurso de gratitud Septuagésima Primera Graduación Ordinaria

Buenas tardes:

Monseñor Dr. Fausto Ramón Mejía Vallejo, Rector y Gran Canciller de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), y demás personalidades que componen la mesa de honor;

Señores Vicerrectores y Funcionarios de la UCNE;

Distinguidos invitados especiales;

Apreciados graduados;

Familiares y amigos;

Señores miembros de la prensa;

Señoras y señores.

Es para mí un gran honor estar frente a ustedes, en representación de todos los graduados de esta Septuagésima Primera Graduación Ordinaria.

El día de hoy concluimos una etapa más de nuestras vidas, una etapa que muchos esperábamos ansiosos, incluyendo a nuestros padres. Estos últimos años no fueron nada fácil, encontramos obstáculos en el camino, sufrimos decepciones y tristezas, sacrificamos salidas y a veces a la familia y amigos, otras veces quisimos rendirnos.

Así como se nos presentaron momentos de angustia, también tuvimos momentos de alegría, hemos acumulado experiencias y recuerdos en cada lugar del campus, conocimos personas a los que llamábamos compañeros, para luego llamarlos amigos.

Este acto marca la llegada a una meta que todos nosotros nos propusimos alcanzar y hoy podemos ver materializada. Pero no podemos dejar de lado a todas las personas que estuvieron con nosotros a lo largo de este camino y por quienes en nuestros corazones sentimos infinita gratitud.

En primer lugar, a Dios, por ser el motor y el aliento de nuestras vidas, por la fortaleza, la protección y por proporcionarnos los recursos para que hoy viéramos realizados nuestros sueños.

A nuestras familias, quienes siempre han estado con nosotros en las buenas y en las malas, y podría decir que disfrutaron y sufrieron tanto como nosotros mismos, cada una de las vivencias, éxitos y fracasos que hemos tenido. Gracias por ser nuestros guías, por el apoyo incondicional y por la confianza depositada en nosotros.

A todos nuestros profesores, muchas gracias por las exigencias, porque con ellas nos dimos cuenta de lo que somos capaces de hacer; gracias por compartir sus conocimientos y sabiduría con nosotros.

Es preciso reconocer y agradecer a la Universidad Católica Nordestana, esta prestigiosa casa de estudios que nos abrió las puertas y nos cobijó durante estos años y con ella agradecemos a las autoridades de la UCNE en la persona de su Rector, de sus Vicerrectores, Decanos y Directores de Escuelas y Departamentales, a todo el personal, en especial a los jóvenes de la biblioteca, economato, cafetería, los conserjes y demás personas que realizan un trabajo digno y que muchas veces no tomamos en cuenta, pero de alguna forma u otra colaboraron para que nuestra vida universitaria fuera más agradable.

A nuestros amigos, los que teníamos antes de entrar aquí y los que conocimos a lo largo del trayecto. Gracias por la alegría, la amistad, el compañerismo y la espontaneidad en cada momento compartido.

Hoy, queridos compañeros, culminamos esta etapa, la cual debemos celebrar juntos, sin olvidar quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos y sobretodo manteniéndonos humildes y agradecidos.

Graduados, ahora que somos profesionales estamos aún más comprometidos con el destino de nuestra nación, por lo que les exhorto a que no nos conformemos, pongamos en práctica los conocimientos adquiridos, cultivemos los dones otorgados por nuestro Creador, los valores inculcados por nuestras familias, y como nueva meta nos propongamos ser un “Buen Ejemplo” para la sociedad y contribuir al desarrollo de un país libre, justo y próspero.

Quiero despedirme con las palabras de Albert Einstein: "No intentes convertirte en un hombre de éxito. Intenta convertirte en un hombre de valor."

¡Felicidades compañeros!

Muchas gracias.

 

Yaireny Jesús Mejía Vásquez

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