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Homilía de ceremonia de toma de posesión como rector UCNE del Rvdo. P. Dr. Isaac García de la Cruz

Estimados hermanos y hermanas.

En este día 29 de octubre hemos sido convocados para celebrar esta Eucaristía en acción de gracias por el inicio de la misión de rector de la UCNE que le ha sido encomendada a nuestro querido padre Isaac.

Se ha elegido en esta ocasión la misa del Espíritu Santo. Los ministros del altar llevamos la ornamenta roja como señal de aquellas llamaradas de fuego que se posaron sobre los apóstoles en oración.

La palabra de Dios es de acuerdo a la ocasión. Al celebrar la venida del Espíritu Santo recordamos la misión eclesial y apostólica que surgió de aquel momento.

Permítanme interpretar la palabra de Dios desde el punto de vista de las universidades, de manera específica de las universidades católicas.

Las universidades católicas están llamadas a ser el lugar de encuentro entre la fe y la ciencia, la fe y la cultura. Por ser esta una de sus funciones, se hace necesario que dentro de sus claustros se invoque con frecuencia la fuerza y la luz del Espíritu Santo. No hay otro lugar más indicado de encuentro entre los hombres de toda cultura, de toda raza, de todas las religiones que las universidades. En este espacio se da el diálogo fructífero de la búsqueda sincera de la verdad, cuya condición es la apertura de la razón y el corazón.

Los hombres de ciencia poseen la gran virtud de saber despojarse de todo sentimiento para dar paso a la razón. En el espacio universitario entran en contacto la ciencia y la fe y una con la otra manifiestan que se necesitan en el camino de la verdad religiosa y la verdad científica.

Aquel milagro de pentecostés se realiza cada día en sus aulas.

Aquel entenderse el nativo con el extranjero, del conocido con el extraño se practica en la enseñanza, en la investigación y en el compartir.

Las universidades católicas empeñadas en cumplir con su misión en el mundo hacen posible el encuentro entre hombres y mujeres en condiciones diferentes pero dirigidos a una meta común que es cumplir con la misión universal de la iglesia, y esto lo hacen atendiendo a la palabra del apóstol San Pablo a los Corintios:

“Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de

actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común”.

Sin duda alguna, el bien común es una tarea intrínseca a la misión de la universidad. Toda acción pedagógica, científica y tecnológica emanada de una universidad católica debe procurar siempre el bien común y el desarrollo humano.

En otro orden, quiero resaltar que el hecho que el P. Isaac García hoy sea juramentado como rector de la Universidad Católica Nordestana, es obra del Espíritu Santo, el cual da a su iglesia aquellos carismas que necesita. Estos carismas son puestos en manos de hombres y mujeres. El P. Isaac ha recibido muchos carismas, entre ellos, el de la capacidad de escuchar, esperar, discernir y sobre todo el de la prudencia. Virtud esta que es un don, un regalo de Dios muy marcado en el P. Isaac.

Como Gran Canciller de la UCNE y ex rector, he querido que la misma sea dirigida por una persona que posea de manera muy marcada la prudencia. Pues bien señalaba el gran filósofo de las virtudes y la esperanza Josef Pieper, que: “La primera entre las virtudes cardinales es la prudencia. Es más: no sólo es la primera entre las demás, iguales en categoría, sino que, en general, «domina» a toda virtud moral”.

Conozco bien al P. Isaac y estoy convencido que bajo su rectoría esta universidad seguirá creciendo e impulsando el desarrollo sostenible de esta valiosa región nordestana.

Al final quiero referirme a un momento interesante que está viviendo la educación superior católica en la República Dominicana, a saber, el paso de depósito de confianza de los obispos a sus sacerdotes. Veía con cierta preocupación que crecía el número de obispos ordinarios siendo rectores de sus universidades. Si bien esto se veía como una forma de garantizar la estabilidad doctrinal, pienso y creo no estar equivocado, no así el dinamismo que necesita una institución académica, que exige una presencia 24/7. Por eso una vez se supo de mi elección del papa Francisco, como obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, indiqué que no seré rector de la UCNE, que confío en los sacerdotes capacitados y que ojalá en un futuro cercano, el Espíritu Santo nos regale laicos, hombres y mujeres de fe, como rectores y rectoras de nuestras universidades católicas.

Pidamos al Espíritu de sabiduría y prudencia que hoy derrame su gracia sobre el nuevo rector P. Isaac García.

Amen.

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